El nuevo film de Icíar Bollaín con presencia en San Sabastián y quien sabe si con premio (en pocas horas se sabrá) parte de una interesante idea yo diría que de inspiración novelesca: los malabarismos que realizan tres mujeres detectives por compaginar su exigente trabajo con una vida privada agridulce y llena de obstáculos, como la de cualquiera, por otra parte. Porque quizá la intención del film es precisamente ésa, insuflar realidad y ambiente doméstico a una profesión generalmente de perfil masculino. – con excepciones como la de la espía a la que refiere el título – y actitudes muy de género presentes en el imaginario cinematográfico colectivo. Así, la directora muestra la profesión desde un punto de vista inusual, cotidiano, acercándose al cine social del que tanto se hace en España y del que últimamente tan mal se habla, eso sí, casi sin necesidad de recurrir al fervor por las causas perdidas ni en defensa gratuita de desfavorecidos.
Mataharis es un film notable, muy humilde en sus planteamientos y diría que hasta cierto punto, algo previsible en su desarrollo. Sin embargo, su gran baza es el gran conjunto actoral que lo sustenta. Las tres actrices protagonistas defienden con rigor y verosimilitud el conflicto personal de sus personajes, asociado en paralelo al caso que tienen entre manos, y que en ocasiones, no siempre sutiles, van adelantando información de forma que entendemos que será en el problema profesional donde encontraran la respuesta o los ánimos para resolver el conflicto personal. De esta guisa se plantea un catálogo de situaciones posibles, siempre relacionadas con la linea que se rebasa al mezclar el ámbito privado con el laboral, y en el contexto de la profesión tan peculiar que ejercen.
Por otro lado, si bien todo el peso del film está en los personajes, resulta complaciente que la sangre nunca llegue al río y que, por decirlo de alguna manera, no haya gritos ni mojigatería. El drama fácil y radical está ausente a favor de unas secuencias donde se sugiere más de lo que se dice. En definitiva, asistimos a una historia donde la falta de palabras es el motor de las desdichas y aflora con demasiada facilidad la incomunicación entre las personas. Resulta curioso, que apenas haya escenas de las chicas juntas (María Vázquez y Nawja Nimri no se hablan en todo el filme) y que son ellas las que individualmente ponen medios para resolver sus historias. A pesar de la virtud de su contención, quizás podría reprochársele que en algún momento no hubiera profundizado más en algunas secuencias que demandaban más enjundia y tensión por la evidente doble vida de las mujeres y que en su afán por ser cotidiana, es un film de detectives al que le falta un poco de sal y suspense “detectivescoâ€.
No cabe duda que en su estilo, el conjunto funciona: buenos secundarios, cuidada banda sonora y equilibrio en la dirección. Es recomendable aunque sólo sea para resarcir al cine español del último año, y aunque no tenga, ni quiera, la posibilidad de ganar un Oscar.
Lo mejor: Actores buenos bien dirigidos. La música original de Lucio Godoy, que no tiene nada de especial, pero es elegante y genera ambiente como ella sola.
Lo peor: El personaje del jefe está un poco fuera del tiesto. Falta un poco de suspense, las chicas lo hubieran agradecido.
Jesús Manuel Rubio.